Poliovirus de tipo I, II y III. El
tipo I es usualmente el responsable de las epidemias
El
poliovirus es un virus reconocido principalmente por destruir el
sistema nervioso causando parálisis. Sin embargo, la mayoría de
personas infectadas con polio, no tienen síntomas y algunas tienen
síntomas leves. De todas las personas que tienen la infección, el 2
por ciento o menos pueden desarrollar una enfermedad paralítica.
Desde la llegada de la vacuna contra la polio durante los primeros
años de la década de 1950, las infecciones por el poliovirus han
sido casi erradicadas.
Causas
La transmisión del
poliovirus se produce más frecuentemente por la vía fecal
oral. Usualmente ocurre debido al lavado de manos inadecuado o
por el consumo de alimentos o agua contaminados. Las secreciones
respiratorias también diseminan el poliovirus. Las personas
infectadas con el virus pueden excretarlos en sus heces durante
varias semanas. Los individuos son más contagiosos
inmediatamente antes de que aparezcan los síntomas y poco tiempo
después.
Signos y Síntomas
Las infecciones por
poliovirus pueden mostrar síntomas en varios grados de
severidad. La mayoría de individuos (del 90 al 95 por ciento) no
tienen síntoma alguno, lo cual se conoce como infección
inaparente. Las otras tres categorías serán descritas más
adelante.
A continuación, se enumeran los
síntomas más comunes de la
poliomielitis. Sin embargo, cada individuo puede
experimentar los síntomas de una forma diferente. Los síntomas
pueden incluir los siguientes:
La Poliomielitis
abortiva
Un curso corto y leve de la
enfermedad con uno o más de los síntomas siguientes:
La Poliomielitis no
paralítica
Los síntomas de la
poliomielitis no paralítica son iguales a los de la
poliomielitis abortiva, pero el dolor de cabeza, la náusea y el
vómito pueden ser peores. Además, pueden ocurrir los siguientes
síntomas:
-
El niño puede sentirse mal
durante un par de días, luego parece mejorar y después
vuelve a sentirse mal con los síntomas siguientes:
-
Dolor de los músculos del
cuello, el tronco, los brazos y las piernas.
-
Rigidez del cuello y de la
columna vertebral.
La Poliomielitis
paralítica
Los síntomas de la
poliomielitis paralítica son iguales a los de la
poliomielitis no paralítica y la abortiva. Además, pueden
ocurrir los siguientes síntomas:
-
Debilidad generalizada en los
músculos.
-
Estreñimiento severo.
-
Músculos desgastados.
-
Respiración debilitada.
-
Dificultad para tragar.
-
Tos débil.
-
Piel ruborizada o manchada.
-
Voz ronca.
-
Parálisis de la vejiga.
-
Parálisis de los músculos.
Diagnóstico
Además del examen y la historia
médica completa, los procedimientos para diagnosticar la
poliomielitis pueden incluir los siguientes exámenes:
-
Cultivos de la garganta, orina y
heces.
-
Punción lumbar o espinal.
-
El recuento de que el niño no
recibió la vacuna contra el polio o que no completó las
series de vacunas contra dicha enfermedad.
Tratamiento
Aunque existe prevención contra
la
poliomielitis, no existe cura para los individuos
infectados. El tratamiento es de apoyo, que significa que los
síntomas pueden tratarse para mejorar la comodidad y
recuperación del paciente.
-
Tratamiento del dolor con
analgésicos (como el acetaminofén).
-
Reposo en cama hasta que la
fiebre disminuya.
-
Dieta adecuada.
-
Esfuerzo y ejercicio mínimo.
-
Compresas calientes o
almohadillas calientes para el dolor en los músculos.
-
La hospitalización puede ser
necesaria para las personas que desarrollan poliomielitis
paralítica.
-
Las complicaciones de
poliomielitis paralítica pueden incluir parálisis permanente
de ciertos grupos musculares, incluyendo los músculos
respiratorios y los de las piernas.
Prevención
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