La energía necesaria para que se
produzca el bombeo del corazón proviene de un sistema de conducción
eléctrica. Además de esta estructura normal, los pacientes con
Wolff-Parkinson-White presentan una conexión eléctrica
accesoria formada por microscópicas bandas de tejido de conducción
que conectan más rápidamente las aurículas con los ventrículos.
En algunos casos, el síndrome de
Wolff-Parkinson-White no produce síntomas. En otros, sí
provoca síntomas debido a la aparición de arritmias. Muy raras
veces, puede tener consecuencias graves, incluida la muerte súbita.
Las
arritmias del
Wolff-Parkinson-White se deben a circuitos eléctricos
anómalos entre el sistema de conducción normal y la vía accesoria.
Generalmente provocan sensación de palpitaciones rítmicas con inicio
y terminación brusca.
El paciente con
síndrome de
Wolff-Parkinson-White que presenta síntomas debe ser
sometido a las siguientes pruebas diagnósticas:
- Electrocardiograma. Se visualiza
el patrón de preexcitación que hace sospechar la existencia de
una vía accesoria.
- Radiografía de tórax y
ecocardiograma. Se estudia la anatomía cardiaca por si existe
malformación cardiaca congénita.
- Analítica. Para descartar la
existencia de factores desencadenantes: alteraciones
hidroelectrolíticas, anemia, anomalías del tiroides, etc.
- Estudio electrofisiológico.
Indicado en pacientes con arritmias de alto riesgo de muerte
súbita. Se introducen unos catéteres en el corazón para
confirmar el diagnóstico, localizar la conexión anómala,
demostrar su papel en el origen de la arritmia, determinar la
posibilidad de aparición de taquicardias rápidas y valorar las
opciones de tratamiento.
Los pacientes de
Wolff-Parkinson-White que presentan síntomas tienen dos
opciones de tratamiento:
- Tratamiento médico o
farmacológico. Retrasa la conducción de la vía accesoria para
que el impulso eléctrico se canalice por el sistema de
conducción normal. Existen medicamentos que el paciente debe
tomar de forma crónica para prevenir y revertir las arritmias.
Si se percibe una arritmia de alto riesgo puede ser necesaria
una cardioversión eléctrica (choque eléctrico en el tórax) para
sincronizar el latido cardiaco.
- Ablación con catéter. Es el
método más eficaz y seguro en la actualidad. Por medio de un
estudio electrofisiológico se localiza la vía accesoria y se
realiza su ablación para erradicar definitivamente la
enfermedad. La probabilidad de éxito es de más de un 90 por
ciento; y el riesgo de complicaciones, de menos de un 2 por
ciento. Excepcionalmente, entre un 2 y un 10 por ciento de los
casos, tras una ablación con éxito puede reaparecer la vía
accesoria y requerirse una nueva cirugía.
La elección del tratamiento depende
de la severidad de los síntomas y las preferencias del paciente. La
ablación cura la enfermedad definitivamente y evita tomar medicación
de por vida, aunque al tratarse de un procedimiento invasivo siempre
hay que contemplar una tasa de complicaciones, por baja que ésta
sea. Si el paciente tiene muchos síntomas o padece arritmias de alto
riesgo, la ablación con catéter es siempre la primera opción.
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