Estos lobulillos y conductos se
encuentran en el estroma, un tejido adiposo, en el que también están
los vasos sanguíneos y linfáticos. Los tejidos mamarios están
conectados, además, con un grupo de ganglios linfáticos, localizados
en la axila. Estos ganglios son claves para el diagnóstico del
cáncer de mama, puesto que las células cancerosas se extienden a
otras zonas del organismo a través del sistema linfático. Cuando se
habla de ganglio centinela se alude, precisamente, al ganglio más
cercano al lugar donde se localiza el
cáncer.
Síntomas de Cáncer de
mama
Diversas investigaciones han
encontrado un grupo de factores de riesgo, o circunstancias, que
hacen a una persona más propensa para desarrollar el tumor.
- Edad:
el riesgo aumenta con la edad. La mayoría de
cánceres de mama se produce sobre los 50 años; a los 60 el
riesgo es más elevado y resulta muy poco frecuente por debajo de
los 35 años, aunque también es posible.
- Sexo
: las mujeres son las más propensas a desarrollar
cáncer de mama. Los hombres también pueden sufrirlo, pero la
probabilidad es de uno por cada cien mujeres.
- Antecedentes
familiares : las posibilidades
aumentan si una hermana, madre o hija ha sufrido esta
enfermedad. Además este riesgo se eleva si el familiar que ha
padecido
cáncer lo ha hecho antes de la menopausia, o si ha afectado
a los dos senos.
- Haber sufrido otro
cáncer : el riesgo de
cáncer de mama aumenta si se ha sufrido previamente otro
cáncer, especialmente de ovario o de colon, o un carcinoma
lobular o ductal in situ (dos tipos de tumor maligno que
aparecen en los lóbulos o en los conductos galactóforos de los
senos, o conductos mamarios). Otro posible factor de riesgo es
una hiperplasia benigna, una especie de tumor no maligno, que
altera el tejido del seno.
- Menopausia tardía
(posterior a los 55 años)
- No haber tenido
hijos , o el primer parto a
partir de los 30 años.
- Factores
medioambientales : se está
investigando la posible influencia de pesticidas, campos
electromagnéticos o contaminantes en agua y comida.
- Estilo de vida
: algunas investigaciones han hallado un posible vínculo entre
el consumo de alcohol y el desarrollo de
cáncer de mama.
- Obesidad
: A pesar de no tener ninguna constatación científica
definitiva, muchos investigadores indican que seguir una dieta
baja en grasas y rica en frutas y verduras, así como practicar
ejercicio físico de forma regular pueden ayudar a prevenir la
aparición del
cáncer de mama.
- Estrés
: Una vida activa hasta límites excesivos no es conveniente ni
beneficiosa. Llevar una vida estresante es nocivo para la salud
y, en consecuencia, puede favorecer la aparición de enfermedades
- THS
: Ciertos investigadores indican que a partir de los 10 años con
terapia hormonal sustitutiva (THS) puede aumentar el riesgo de
cáncer, mientras que otros destacan que no importa durante
cuánto tiempo se ha tomado en el pasado, puesto que el riesgo de
cáncer existe entre las que siguen la terapia hormonal, no entre
las que la siguieron en un pasado.
Prevención
La autoexploración y las mamografías
son las herramientas más útiles para encontrar bultos sospechosos en
los pechos. En general, la técnica de la mamografía facilita la
detección de pequeños bultos, difíciles de predecir mediante la
palpación de la mama. Este tipo de prueba debe repetirse anualmente
a partir de los 45 años.
Tipos de Cáncer de mama
No todos los bultos que aparecen en
las mamas son un síntoma de
cáncer. De hecho, nueve de cada diez bultos son benignos. Estos
bultos no cancerosos pueden ser fibrosis o tumores de tejido
conectivo y glandular, o bien, quistes o bolsas llenas de líquido.
Los tumores benignos de mama (fibroadenomas) no constituyen un
peligro para la vida y suelen tener fácil tratamiento. El principal
tipo de
cáncer de mama es el adenocarcinoma, que se produce en tejidos
glandulares de cualquier parte del organismo. Los tumores
específicos del seno son:
-
Carcinoma ductal
(localizado en los conductos). El
carcicoma ductal in situ se encuadra en los conductos mamarios o
galactóforos, a través de los cuales la leche llega hasta el
pezón. Si no se trata, puede extenderse más allá de los
conductos mamarios y originar metástasis. Por esto es muy
importante detectar a tiempo su presencia, para evitar la
progresión hacia el
cáncer. Esta detección sólo puede realizarse a través de
pruebas específicas, como una mamografía, puesto que el
carcinoma in situ no suele producir ningún síntoma. El carcinoma
ductal invasor, o infiltrante invade el tejido adiposo del seno,
desde uno de los conductos. El carcinoma invasor es el más
frecuente de los cánceres de mama; supone aproximadamente el 80
por ciento de todos los que se producen.
-
Carcinoma lobulillar o
lobular
Dentro de este tipo se encuentra el
carcinoma lobular in situ, también llamado neoplasia lobular. El
carcinoma lobular invasor sigue el mismo proceso de filtración
que el carcinoma ductal invasor hacia el tejido adiposo, pero
desde los lobulillos.
-
Cáncer inflamatorio de
mama
menos frecuente. Se trata de un
cáncer bastante agresivo, que crece rápido. Se denomina
inflamatorio porque las células cancerosas bloquean los vasos
linfáticos y esto se manifiesta en la piel, que adquiere una
apariencia gruesa y ahuecada, similar a la de una cáscara de
naranja.
-
Otros tipos
también poco frecuentes de
cáncer de mama son el mucinoso o coloide, en el que las
células cancerosas producen cierta mucosidad, y el medular, un
tumor infiltrante, pero con mejor pronóstico que otros cánceres
invasores.
-
Cáncer de Paget
se propaga por la piel del pezón y
de la areola. En este tipo de
cáncer, la piel del pezón y de la areola aparece escamosa y
rojiza, con ocasionales pérdidas de sangre. En ocasiones, la
enfermedad de Paget puede estar asociada con un carcinoma in
situ o infiltrante.
Diagnósticos
La mamografía es una prueba de imagen
por rayos X que detecta la presencia del tumor en la mama, antes de
que sea perceptible al tacto. Al ser el mejor método de detección,
los especialistas recomiendan que todas las mujeres se realicen esta
prueba cada año, a partir de los 50-55 años. Estas pruebas pueden
completarse con otras más específicas, para detectar la gravedad del
cáncer, tales como una resonancia magnética (RM), una
ultrasonografía, o una biopsia, en la que se toma parte del tejido
afectado para analizar en el laboratorio las características de las
células cancerosas.
Tratamientos
Existen varios tipos de tratamiento
que pueden emplearse en un
cáncer de mama. La terapia que se aplique depende de muchos
factores, entre los que se incluye el estadio o etapa en que se
encuentre el tumor, si hay o no metástasis, el tamaño del
cáncer y también de cómo sean las células cancerosas. Con la
clasificación realizada por los médicos se establecen el tamaño del
tumor, los ganglios linfáticos afectados y el grado de metástasis o
propagación a otros órganos, si es que hay. La más utilizada es el
sistema TNM, creada por el Comité Conjunto Americano del Cáncer.
Cada letra alude a una característica, que se define con un número:
- T (tamaño)
, seguido de un número del 0 al 4, se refiere al tamaño del
tumor, cuanto más grande es el cáncer, mayor es el número.
- N (nódulos)
, del 0 al 3, hace alusión a los ganglios linfáticos que se
encuentran afectados por las células cancerosas.
- M (metástasis)
seguida de un 0 ó 1, indica si el cáncer se ha extendido (1) o
no (0) a otros órganos.
En las etapas primeras del
cáncer, se recurre a la cirugía para extirpar el tumor, aunque a
menudo el abordaje quirúrgico se complementa con radioterapia para
eliminar las células tumorales que hayan podido escapar al bisturí.
Si el
cáncer se encuentra diseminado en otras zonas del organismo, se
emplea la quimioterapia o la terapia hormonal. Aquí también tiene
cabida la administración de radioterapia, en zonas concretas donde
se encuentren localizados grupos de células cancerosas.
- Cirugía
. El tipo de intervención quirúrgica depende de la extensión del
tumor. Si el tamaño del tumor lo permite, el cirujano puede
realizar una lumpectomía, que consiste en la extirpación de
parte del tejido mamario. Con la mastectomía, en cambio, se
extirpa la mama por completo. Ambas intervenciones pueden
requerir la erradicación de los ganglios linfáticos más próximos
(situados en la axila).
- Radioterapia
. Es un tratamiento local, al igual que la cirugía. De hecho, en
ocasiones se administra radioterapia después de una intervención
quirúrgica, para eliminar las células cancerosas que no hayan
sido extirpadas. La radioterapia es una eleva concentración de
rayos X dirigida a un punto concreto. Al aplicar este
tratamiento tras extirpar un cáncer, los médicos se aseguran de
erradicar por completo el tumor.
- Quimioterapia
. Junto con la terapia hormonal, son los tratamientos más
utilizados en
cáncer de mama. Los tratamientos hormonales persiguen
detener la progresión del cáncer, alterando los niveles de
hormonas femeninas. En cambio, la quimioterapia erradica las
células cancerosas, destruyéndolas. Estas son las principales
familias de quimioterápicos empleados contra el cáncer de mama:
- Alquilantes : actúan sobre el ADN evitando
que la célula cancerosa se reproduzca. A esta familia pertenece
busulfán, cisplatino, ciclofosfamida, dacarbazina, ifosfamida,
mecloretamina y melfalán.
- Antimetabolitos : interfieren en el
crecimiento del ADN y del ARN celular. Se encuentran en este
grupo: 5-fluoracilo, metotrexato, gemcitabina, citarabina y
fludarabina.
- Antibióticos antitumorales : actúan en el ADN
deteniendo la acción de ciertas enzimas causantes de la mitosis
(división por la que se reproducen las células). Algunos de
ellos son la bleomicina, dactinomicina, daunorubicina,
doxorrubicina e idarrubicina.
- Inhibidores de la mitosis : son sustancias de
origen natural que frenan la mitosis (fórmula de reproducción
celular). Estos inhibidores incluyen el paclitaxel, docetaxel,
etoposida, vinblastina, vincristina y vinorelbina. La
quimioterapia se administra generalmente por vía intravenosa ,
aunque algunas veces pueden darse quimioterápicos por vía oral o
incluso intramuscular. Normalmente se deja de una a cuatro
semanas entre una administración y otra de quimio. Estos ciclos
o cursos los establece el oncólogo según el grado de enfermedad
y la tolerancia a los efectos secundarios de la quimioterapia.
- Terapia hormonal:
Tamoxifeno: constituye el tratamiento hormonal
utilizado con más frecuencia en el cáncer de mama. Este fármaco
evita la liberación de estrógenos, con el fin de que las células
afectadas por el
cáncer no sigan extendiéndose.
Toremifeno: al igual que el tamoxifeno, es un
modulador del receptor estrógenico y parece haber demostrado
eficacia en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de mama.
Progestágenos: estas hormonas se producen de
forma natural en el organismo de las mujeres, pero sus derivados
artificiales pueden ser útiles en determinados tumores de mama.
Junto con los progestágenos, otras terapias hormonales pueden
ser la aromatasa, los análagos de la LHRH y la somatostatina,
estos últimos suelen utilizarse entre las pacientes
postmenospáusicas.
Otros datos
Efectos secundarios del
tratamiento
- Náuseas y vómitos
: para evitarlos se pueden requerir medicamentos antieméticos
(contra los vómitos). El médico le indicará no sólo los que debe
tomar antes de la sesión de quimio, sino también los que tendrá
que tomar en su casa. Procure beber mucho líquido, pues es útil
frente a las náuseas. Irán remitiendo cuando pasen unos días
tras el tratamiento.
- Pérdida de cabello
: a pesar de no ser un efecto grave, es motivo de angustia e
insatisfacción para la mayoría de las pacientes, pues influye en
la percepción de su propia imagen. Generalmente, la caída del
cabello comienza a las dos o tres semanas del primer ciclo de
terapia, remite al finalizar el tratamiento y el pelo vuelve a
crecer a su velocidad normal.
- Irritaciones en la
boca : con la quimioterapia son
frecuentes las mucosistis o irritaciones bucales. Es un
trastorno más molesto que preocupante pues produce ardores en la
boca. Para reducir esta alteración se recomienda extremar la
higiene bucal y emplear cepillos de dientes con cerdas suaves,
que no dañen las encías. También ayudan los enjuagues
antisépticos.
- Anemia
: uno de los efectos secundarios más importantes en la
quimioterapia es la reducción de la cantidad de glóbulos rojos
en sangre. La anemia se manifiesta a través del cansancio, la
debilidad y la palidez extrema. En ocasiones puede requerir una
transfusión de sangre. También puede aparecer plaquetopenia o
disminución excesiva de las plaquetas (las células sanguíneas
que coagulan la sangre en caso de heridas). Este efecto produce
un aumento de los hematomas (cardenales) o sangrado en encías y
nariz.
- Neutropenia
: es otro de los efectos más vigilados por los médicos debido a
la gravedad. Consiste en la reducción de los glóbulos blancos o
leucocitos (las células que nos defienden de la intrusión de
elementos patógenos, como virus o bacterias). La neutropenia
favorece la aparición de infecciones (fiebre, infección de
orina, dolor de garganta). Cáncer de mama en hombres Uno de cada
100 casos de
cáncer de mama se produce en un varón.
Pese a que la frecuencia es menor que entre las mujeres, los
hombres que sufren un cáncer de mama suelen tener un peor
pronóstico de la enfermedad. Esta diferencia no se debe a que el
tumor mamario en los hombres sea de un peor tipo, sino
sencillamente a que se diagnostica bastante más tarde que entre
las mujeres sobre todo por desinformación.
El riesgo de que un hombre desarrolle cáncer de mama aumenta si
lo ha padecido alguien en su familia directa y también si ha
sufrido el llamado síndrome de Klinefelter, una alteración por
la que no se produce testosterona. Otros factores de riesgo son
haber padecido enfermedades testiculares o sufrir sobrepeso. Los
tratamientos que recibe un varón afectado por este tumor son los
mismos que los aplicados a las mujeres.
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