Listado Enfermedades

Absceso cerebral

Absceso Epidural

Acantosis Nigricans

Acidez Estomacal

Acné

Acromegalia

Aftas

Alcoholismo

Alergias

Alopecia Idiopática

Alzheimer

Amenorrea Primaria

Amenorrea Secundaria

Amigdalitis

Adropausia

Anemia

Anencefalia

Aneurisma

Angina de Pecho

Anorexia

Ansiedad

Apendicitis

Apnea

ARJ

Arritmias

Arteritis Temporal

Artralgia

Artritis Reumatoide (AR)

Artritis Séptica

Artrosis

Asma

Ataque Cardíaco

Aterosclerosis

Autismo

Bloqueo Cardíaco

Botulismo

Broncoaspiración

Bronquiolitis

Bronquitis

Bronquitis Crónica

Brucelosis

Bruxismo

Bulimia

Cálculos Biliares

Cálculos Renales

Cáncer

Cáncer Cervical

Cáncer de Colon

Cáncer de Esófago

Cáncer de Estómago

Cáncer de Hígado

Cáncer de Hueso

Cáncer de Laringe

Cáncer de Lengua

Cáncer de Mama

Cáncer de Ovarios

Cáncer de Pancreas

Cáncer de Piel

Cáncer de Próstata

Cáncer de Pulmón

Cáncer de Riñón

Cáncer de Cuello de Útero

Cáncer Oral

Cardiopatía Congénita

Caries

Caspa

Cataratas

Celiaquía

Celulitis

Cistitis

Clamidia

Climaterio

Cólera

Conjuntivitis

Convulsión Febril

CSNC

Déficit de Atención

Demencia

Dengue

Depresión

Dermatitis

Deshidratación

Diabetes

Diarrea

Difteria

Disfunción Eréctil

Dolor Lumbar

ECV

EIP

Embarazo Ectópico

Enf. Arteria Carótida

Enfermedad de Addison

Enfermedad de Huntington

Enfermedad de Kawasaki

Enfermedad de Raynaud

Epilepsia

EPOC

Escarlatina

Escoliosis

Estreptococo del Gripo B

Estrés

Eyaculación Precoz

Gastritis

Gastroenteritis Viral

Gonorrea

Gripe

Haemophilus Influenzae

Hemofilia

Hemorroides

Hepatitis A

Hepatitis B

Hepatitis C

Herpes Genital

Herpes Zóster

Hipertensión

Hipertiroidismo

Hipotensión

Ictericia

Incompatibilidad RH

Infarto de Miocardio

Infección Genital por VPH

Influenza

Insomnio

Insuficiencia Cardíaca

Juanetes

Lepra

Leucemia

Linfoma

Lupus

Mal de Parkinson

Mastitis

Meningitis

Menopausia

Migraña (Dolor de Cabeza)

Mononucleosis Infecciosa

Muerte Súbita

Neumonía

Obesidad

Osteoporosis

Otitis

Pancreatitis

Paperas

Parálisis Cerebral

Peritonitis

Pie de Atleta

Piojos Púbicos ( Ladillas)

Poliomelitis

Prostatitis

Pulmonía

Quiste de Ovarios

Rabia

Resfriado Común

Rotavirus

Rubéola

Salmonelosis

Sarampión

Sida

Sífilis

Silicosis

Síndrome Alcohólico Fetal

Síndrome de Down

Síndrome Fatiga Crónica

Síndrome Muerte Súbita

Sinusitis

Sonambulismo

Soplos Cardíacos

Taquicardia

TEA (Autismo)

Tétanos

Tos Ferina

Toxoplasmosis

Tricomoniasis

Tuberculosis

Tularemia

Úlcera Gástrica

Vaginitis

Vaginosis Bacteriana

Varicela

Várices

Verrugas

VIH

Viruela

Virus del Nilo Occidental

Virus Papiloma Humano

Wolf-Parkinson-White

Enf. Coronarias
Enf. Infecciosas
Enf. Respiratorias
Enf. Sistema Digestivo
Enf. Transmisión Sexual

Enf. Vasculares

 

APENDICITIS - CAUSAS, SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO

Apendicitis es la inflamación del apéndice, ubicado en el ciego, que es la porción donde comienza el intestino grueso. Normalmente los casos de apendicitis aguda requieren de un procedimiento quirúrgico llamado apendicectomía bien por laparoscopia o laparotomía que no es más que la extirpación del apéndice inflamado.
 

En ocasiones el tratamiento puede ser no quirúrgico como en el plastrón apendicular. En casos sin tratamiento, el índice de morbilidad es elevado, principalmente debido a complicaciones como la peritonitis y el shock séptico (véase: síndrome de respuesta inflamatoria sistémica - SIRS), en particular cuando el apéndice inflamado se rompe. La mortalidad asociada al proceso es baja salvo cuando aparece perforación libre y peritonitis asociada a shock séptico.

Aunque aparece en dibujos anatómicos de Leonardo da Vinci en 1500, no es hasta más adelante (1524 Capri y 1543 Vesalio) cuando se describe el apéndice como tal. El primer caso de apendicitis fue relatado probablemente por Fernel en 1554 en la autopsia de una niña de 7 años. Múltiples casos de apendicitis fueron hallados en autopsias posteriores. El primer abordaje quirúrgico conocido fue el realizado por Amyand en 1736. Operó a un chico con una fístula enterocutánea a través de una hernia inguinal, encontrando al disecar el saco herniario un apéndice perforado en su interior. Actualmente se denomina hernia de Amyand a aquella que contiene en su interior un apéndice incarcerado.

No es hasta 1880 cuando se realiza la primera apendicectomía transabdominal por parte de Lawson Tait en Londres, extirpando una apendicitis gangrenosa. Su fisiopatología fue descrita por primera vez en 1886 por Reginald Fitz. La primera serie de casos quirúrgicos fue la publicada por Charles McBurney en 1889 y tras ello el paso a denominarse punto de McBurney al lugar de mayor sensibilidad a la palpación del abdomen en el caso de apendicitis. La existencia de dolor a la palpación en ese punto, situado en la unión del tercio externo con el tercio medio de una imaginaria línea que uniera la espina ilíaca anterosuperior con el ombligo, pasó a conocerse como signo de McBurney. Desde entonces es reconocida como una de las causas más frecuentes de dolor abdominal agudo o repentino en el mundo. Aproximadamente 7% de la población será operado de una apendicectomía debido a una apendicitis aguda

Etiología

La principal teoría de la fisiopatología de la apendicitis, basado en evidencias experimentales apunta hacia un taponamiento de la luz del apéndice por un apendicolito. Las infecciones (Ascaris lumbricoides, Enterobius vermicularis o larva de Taenia) pueden también ocluir la luz del apéndice—la presencia de semillas es muy raro—lo cual causa una obstrucción con aumento de la presión por la producción de mucosidad propia del órgano. Rara vez ocurre obstrucción del apéndice por razón de un tumor. El aumento progresivo de la presión intraapendicular va ocluyendo la luz del órgano y por presión externa resulta en trombosis y oclusión primero los capilares linfáticos, luego los venosos y al final, los arteriales, conduciendo a isquemia que evoluciona a gangrena, necrosis y posteriormente a perforación. La perforación conduce a una peritonitis y esta aumenta el riesgo de mortalidad del paciente. Esta ruta de progresión de la enfermedad se interrumpe con el tratamiento quirúrgico y muy rara vez se recupera espontáneamente.

Las bacterias intestinales se escapan a través de las paredes del apéndice, se forma pus dentro y alrededor del apéndice y el resultado de una ruptura de este tipo es una peritonitis, que puede conllevar a una sepsis infecciosa y disfunción orgánica múltiple y, eventualmente la muerte. Entre los agentes que causan bloqueo del apéndice se encuentran cuerpos extraños, trauma físico, gusanos intestinales y linfadenitis. El bloqueo por acumulación de heces, llamado fecaloma, ha causado interés reciente en investigadores como agente etiológico de la apendicitis. La incidencia de fecalomas es mayor en países desarrollados que en países en desarrollo, frecuentemente asociado a las apendicitis complicadas. Los apendicolitos y fecalomas aparecen en el apéndice probablemente debido a una retención fecal en el colon derecho y una prolongación en el tiempo del tránsito fecal por esa región.

Sin embargo, dicha obstrucción de la luz como factor patógeno se identifica sólo en 30 a 40% de los casos. En la mayoría de los casos, el acontecimiento inicial es la ulceración de la mucosa, bien sea por etiología vírica o bacteriana como el caso del género Yersinia.

También se ha sugerido que la estasis o parálisis total del flujo fecal juega un papel en la apendicitis, pues se ha demostrado que los pacientes con apendicitis aguda tienen un menor número de movimientos intestinales por semana en comparación con la población control.

Varios estudios ofrecen evidencias que una dieta baja en fibra tiene importancia en la patogénesis de la apendicitis. Ello puede ir asociado a un aumento en el reservorio fecal del colon derecho, pues la carencia de fibra en la dieta aumenta el tiempo de tránsito fecal.

Tratamiento

Una vez diagnosticada la apendicitis aguda, el paciente debe recibir tratamiento médico y quirúrgico. El manejo médico se hace con hidratación del paciente; aplicación de antibióticos adecuados—como la cefuroxima o el metronidazol—y analgésicos. La cirugía se conoce con el nombre de apendicectomía y consiste en hacer una incisión en la fosa ilíaca derecha o laparotomía según la gravedad del paciente y extirpar el apéndice afectado, así mismo drenar el líquido infectado, y lavar la cavidad con solución salina. No se ha demostrado que la irrigación de la cavidad abdominal con antibióticos sea ventajosa durante o después de la apendicectomía. No se acostumbra la colocación de drenajes durante la operación. En marzo de 2008, una paciente femenina tuvo su apéndice extraída por vía vaginal guiado por endoscopia, la primera vez que dicha maniobra se reporta oficialmente.

Es importante que si la apendicitis no se atiende a tiempo puede perforarse el apéndice y de esta manera causar peritonitis, un padecimiento que exige más cuidados que la apendicitis y que es muy grave. A su vez, la peritonititis puede llevar a la muerte del paciente por una complicación llamada septicemia, por lo que es importante llamar al médico en cuanto se presente cualquier tipo de dolor abdominal agudo (súbito) que dure más de 6 horas (un indicativo probable de apendicitis). Cuanto más temprano sea el diagnóstico, mayores serán las probabilidades de recibir una atención médica adecuada, un mejor pronóstico, menores molestias y un periodo de convalecencia más corto.

De acuerdo con estudios de metaanálisis que comparaban la laparoscopia con incisiones abiertas, parecen demostrar que la laparoscopia es más ventajosa, en especial en la prevención de infecciones posoperatorias, aunque la incidencia de abscesos intraabdominales era mayor. La laparoscopia puede que sea especialmente ventajosa para un subgrupo de pacientes que son obesos, del sexo femenino y atletas.

Se debate el hecho de que la apendectomía de emergencia (en menos de 6 horas de hospitalización) reduce o no el riesgo de perforaciones o complicaciones en comparación con la apendectomía de urgencia, que tiende a esperar más de 6 horas. En un estudio, no se encontró diferencias significativas en la cantidad de perforaciones en los dos grupos estudiados. Igualmente, no se observaron diferencias en la aparición de otras complicaciones, como los abscesos hepáticos. Ese mismo estudio sugiere que el comenzar con antibioticoterapia y retardando la apendectomía en casos de pacientes que llegan al hospital de noche, para el día siguiente, no aumenta el riesgo de perforación u otras complicaciones. Fuente

 

Compartir este articulo :

 

VER MAS INFORMACIÓN SOBRE ESTA ENFERMEDAD AQUÍ

 

Pagina Principal         -       Mapa del Sitio          -         Consultas y Publicidad

@ Copyright 2013 Enfermedades y Síntomas .com. Permitido el uso del contenido nombrando la fuente.