Así existe un raro
desorden llamado
diabetes insípida causado por una deficiencia en la producción
de vasopresina una hormona que regula la reabsorción de agua en los
riñones y que es producida por la glándula pituitaria. Esta
enfermedad causa una sed constante y la eliminación de grandes
cantidades de orina diluida.
Sin embargo por lo
general cuando se usa el término diabetes se hace para referirse a
la condición conocida como diabetes mellitus. Este es un desorden
del metabolismo de los azúcares o carbohidratos causado por una
falta de producción de la hormona insulina o por una incapacidad del
organismo para utilizarla efectivamente. La insulina es una hormona
producida por el páncreas que regula el nivel de azúcar en la
sangre. La diabetes hace que los carbohidratos no puedan ser
utilizados por el organismo para producir energía. Como resultado
estos se acumulan en la sangre. A esto se le conoce como
hiperglucemia y puede ser causante de numerosos problemas de salud
tales como enfermedades de los riñones, pérdida de la visión y
problemas vasculares y cardiacos. Como el cuerpo no puede utilizar
efectivamente los carbohidratos recurre a las grasas como una fuente
alterna de energía. El resultado es una alteración en el balance
ácido-alcalino del cuerpo que si se perpetúa puede eventualmente
producir convulsiones y coma diabético.
Dos Tipos de Diabetes
Existen dos tipos
principales de diabetes mellitus. La diabetes tipo I o
insulinodependiente por lo general comienza en la niñez o la
adolescencia aunque existen casos en que a causa de daños al
páncreas se presenta a otras edades. Quienes padecen esta condición
tienen muy poca o ninguna capacidad para producir insulina y
dependen de inyectarse esta hormona para sobrevivir. Esto además de
llevar una dieta estricta en términos de los azúcares ingeridos.
La diabetes tipo uno es por lo general más severa que el otro tipo
de diabetes.
La
diabetes tipo II es mucho más común y generalmente comienza
después de los 40 años de edad. En este tipo de diabetes el
páncreas retiene al menos cierta capacidad para producir insulina.
Sin embargo o bien esta no es suficiente o el organismo no la
utiliza en forma eficiente. Muchos de estos pacientes pueden
controlar su diabetes meramente con la dieta mientras que otros
requieren en adición medicamentos orales que reducen el nivel de
glucosa en la sangre. En algunos casos la diabetes se sale de
control y se hacen necesarias, al menos temporeramente, inyecciones
de insulina.
Los Síntomas de la
Diabetes.
Ambos tipos de
diabetes producen una diversidad de síntomas entre los cuales se
encuentran sed y hambre constantes, y una excesiva producción de
orina. En la diabetes tipo I también se puede producir una
significativa pérdida de peso.
Las Causas de la
Diabetes
Al parecer existe un
fuerte factor hereditario que predispone hacia ambos tipos de
diabetes. Sin embargo, como ocurre con muchos factores hereditarios
la presencia de factores ambientales puede proveer las condiciones
adecuadas para que esta predisposición se manifieste o por el
contrario puede ayudar a evitar que la condición se produzca. La
obesidad y el consumo excesivo de grasas son factores precipitantes
en la diabetes tipo II. Se sospecha que en ambos tipos de diabetes,
pero particularmente en la diabetes tipo, I pueden estar
involucrados procesos autoinmunes. Estos son procesos en los que
células del sistema inmunológico que debieran ir destinados a atacar
virus o bacteria, atacan nuestro propio cuerpo.
Alternativas Naturales
Contra la Diabetes
La meta en el
tratamiento de la diabetes es reducir y mantener a un nivel adecuado
el nivel de azúcar en la sangre. La alimentación es un factor
primordial para lograr esta meta. El ejercicio, ciertos suplementos
nutricionales, y la práctica de la relajación y meditación también
ejercen efectos positivos para controlar la diabetes y para evitar
los daños ocasionados por la misma.
Alimentación
Reducción del consumo de grasas - En un estudio publicado en la
revista
Diabetes Care de enero de 1994 se encontró que un incremento
moderado en el porcentaje de calorías derivadas de la grasa (del 38
al 43 porciento) era suficiente para aumentar significativamente la
cantidad de personas con intolerancia a la glucosa que desarrollan
diabetes. Por otra parte se ha encontrado que ingerir 40 gramos de
grasa adicionales cada día puede hacer seis veces más probable que
una persona con predisposición a la diabetes la desarrolle. La
dieta típica por lo general es demasiado alta en grasa. Sin embargo
no todas las grasas son iguales. Las grasas saturadas son las que
más problemas causan y son precisamente estas las que muchas
personas consumen en exceso. Es recomendable reducir el consumo
total de grasas de modo que no representen más del 20 porciento del
total de calorías. Las grasas ingeridas deben ser preferiblemente
no saturadas.
Otras
recomendaciones alimentarias
Algunas recomendaciones alimentarias que pueden ser de utilidad para
todas las personas que padecen de diabetes o que están en un alto
riesgo de padecerla son:
• Incrementar el consumo
de carbohidratos complejos, es decir aquellos derivados de
vegetales, granos integrales y aunque en menor cantidad, frutas
frescas. Estos carbohidratos tardan más en digerirse que los
azúcares simples y liberan sus azúcares naturales de forma más lenta
y controlada que los productos hechos a base de azúcares refinados.
• Aumente el consumo de
vegetales de colores intensos como el brócoli, la espinaca, la
zanahoria y el pimiento ya que estos son ricos en antioxidantes que
ayudan a prevenir los daños causados a los pequeños vasos sanguíneos
de los ojos.
• Elimine el consumo de
azúcar refinado y los productos hechos a base de éste. Por ejemplo,
dulces, galletitas y golosinas en general.
• Evite la comida
"basura" es decir la que contiene muchas calorías vacías pero muy
pocos nutrientes o fibra.
• Reduzca o elimine el
consumo de cafeína, alcohol y cigarrillos. El fumar es
especialmente dañino para las personas diabéticas ya que estas son
susceptibles a daños a los pequeños vasos sanguíneos que suplen a
los ojos y a los nervios periferales. El cigarrillo agrava estos
daños. El alcohol aumenta los riesgos de daños a los nervios
periferales.
• No coma demasiado en
una sola comida. Es preferible comer menos en el almuerzo o la cena
e ingerir alguna merienda ligera entre comidas.
• Reduzca el número
total de calorías
Suplementos
Además de las recomendaciones generales sobre la dieta ya esbozadas,
existen algunos suplementos que pueden ayudar a prevenir la diabetes
tipo II o a evitar que esta condición empeore.
Cromio
- este mineral ayuda a incrementar la actividad de la insulina. La
deficiencia de cromio es sumamente común. El alto consumo de
productos hechos a base de azúcar refinada agravan la situación ya
que este tipo de azúcar roba al organismo de sus abastos de cromio. Existen
estudios que demuestran que una deficiencia de cromio en la dieta
afecta negativamente la tolerancia a la glucosa. Un estudio llevado
a cabo en el hospital de Beijing en China demostró que un grupo de
personas en las primeras etapas de la diabetes tipo II que recibió
una dosis de 100 miligramos de cromio dos veces al día durante
cuatro meses disminuyó significativamente su nivel de azúcar en la
sangre. En este estudio se empleó una forma de cromio conocida como
picolinato. Algunas buenas fuentes de cromio son los mariscos, los
cereales integrales, el jugo de uva, la levadura de cerveza, los
mariscos y las habichuelas.
Magnesio
- las deficiencias de magnesio pueden alterar el metabolismo de la
glucosa y contribuir a los daños causados por la diabetes. Algunos
de los resultados de una deficiencia crónica de cromio son alta
presión arterial, pérdida ósea, enfermedades vasculares. Algunos
investigadores incluso sugieren que un bajo nivel de magnesio en la
dieta puede ser un factor que precipite ambos tipos de diabetes en
personas susceptibles. Algunas buenas fuentes de magnesio son los
albaricoques, los guineos, los granos íntegrales y el salvado de
trigo.
Potasio
- el potasio ayuda a aumentar la producción y la eficiencia de la
insulina. Alimentos ricos en potasio son los guineos o bananos, las
papas, los productos lácteos y los granos integrales.
Vitamina B6
- esta vitamina ayuda a aumentar la eficiencia de la
insulina. También ayuda a prevenir la retinopatía diabética, una de
las principales causas de la pérdida de visión en las personas
diabéticas. El nivel de vitamina B6 tiende a ser bajo en las
personas mayores de 50 años. Algunas fuentes alimentarias de
vitamina B6 son el pescado, el pavo, los aguacates, el brócoli, las
papas, los pimientos rojos y las nueces.
Vitamina E
- la vitamina E actúa como antioxidante y también posee propiedades
como anticoagulante. Además ayuda a metabolizar mejor los
azúcares. Puede ayudar a prevenir la arterioesclerosis y las
complicaciones vasculares comunes en las personas diabéticas. Estas
complicaciones son responsables de los daños a los riñones y los
ojos causados por la diabetes.
Vitamina C
- ayuda a reducir la necesidad de insulina, prevenir problemas
vasculares y mantener la salud de los ojos.
Plantas
medicinales - existen varias plantas, como
la bardana y el fenogreco que poseen la capacidad de reducir los
niveles de glucosa en la sangre. Sin embargo, ninguna es un
sustituto para la administración de insulina. La utilización de
estas plantas en personas diabéticas sólo debe hacerse bajo el
cuidado profesional ya que en ocasiones pueden ocasionar un descenso
rápido en el nivel de azúcar.
Por otra parte, existe
un buen número de plantas que no alteran significativamente el nivel
de azúcar en la sangre pero poseen propiedades sumamente valiosas
para la prevención y el tratamiento de las complicaciones de la
diabetes. Dos de estas son:
Arándano (bilberry)
- Ayuda a evitar la destrucción de los pequeños vasos sanguíneos del
ojo conocida como retinopatía diabética que ocasiona la pérdida de
visión en pacientes diabéticos. (Más información sobre el
arándano).
Ginkgo Biloba
- Aumenta la circulación en los pequeños vasos sanguíneos,
especialmente en los del cerebro. En el caso de las personas
diabéticas los problemas circulatorios en las piernas son frecuentes
y pueden incluso culminar en amputaciones. El ginkgo ayuda a mejorar
la circulación en las piernas, contribuyendo a prevenir estos
problemas.
El Ejercicio
El ejercicio ayuda tanto
a prevenir la
diabetes en personas que están a riesgo, como a evitar muchas de
las complicaciones en las personas que ya la padecen.
Investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Tufts en
Massachusetts indican que el ejercicio aeróbico regular reduce el
riesgo de desarrollar diabetes aun en los casos en que no produzca
pérdida de peso. Otros estudios demuestra que las personas
diabéticas que se ejercitan con regularidad tienen un tienen un
riesgo menor de muerte que las que no se ejercitan. Una de las
formas en que el ejercicio ayuda es incrementando el nivel de cromio
en los tejidos. Otra es mejorando la capacidad del organismo para
utilizar la insulina disponible.
El ejercicio con pesas o
de resistencia también ayuda. Este ejercicio incrementa la masa
muscular. Puesto que el músculo requiere más calorías que la grasa
el resultado es un aumento en la tasa metabólica. Es decir se
queman más calorías, lo que hace más fácil bajar de peso,
algo que es deseable para la gran mayoría de quienes padecen de
diabetes. Las personas con buena masa muscular también son menos
susceptibles a desarrollar diabetes ya que a mayor masa muscular
menos cantidad de insulina se necesita para llevar la glucosa de la
sangre a los tejidos.
Relajación y
meditación
Cualquier tipo de
práctica que ayude a controlar el estrés será de gran ayuda tanto
para prevenir la diabetes como para evitar los daños causadas por
esta. La meditación, la yoga, la hipnoterapia, y la musicoterapia
son algunas de las modalidades que pueden ser practicadas con gran
beneficio.
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