Nombres alternativos
Absceso de la médula espinal
Causas, incidencia y factores de
riesgo
La causa del
absceso epidural es una infección localizada entre los huesos
del cráneo o la columna vertebral y las meninges externas, que son
las membranas que recubren el cerebro y la médula. Esta infección se
denomina
absceso epidural intracraneal si se encuentra en el área del
cráneo o un
absceso epidural espinal si se encuentra en el área de la
columna vertebral.
La infección generalmente es causada
por bacterias (el estafilococo es común), pero puede ser causada por
hongos. La infección puede deberse a otras infecciones en el cuerpo
o a gérmenes que se diseminan a través de la sangre. No obstante, la
fuente de la infección no se identifica hasta en una tercera parte
de los pacientes.
En el caso del
absceso epidural intracraneal (dentro del cráneo) los factores
de riesgo abarcan:
- Infección crónica del oído
- Mastoiditis
- Sinusitis crónica
- Traumatismo craneal
- Neurocirugía reciente
Un
absceso epidural se puede observar en pacientes con infecciones
óseas de la columna vertebral (osteomielitis vertebral), furúnculos,
infecciones de la sangre, y después de una cirugía de espalda u
otros procedimientos invasivos que involucren la columna vertebral.
También las personas que se inyectan drogas están en alto riesgo de
presentar esta afección.
El
absceso epidural es un trastorno raro y nueve de cada diez casos
se localizan en la columna. La infección puede diseminarse a los
huesos de la columna o del cráneo (osteomielitis), así como al
líquido cefalorraquídeo y ocasionar meningitis, o llevar a la
formación de un absceso cerebral o un absceso de la médula espinal.
Síntomas
Absceso epidural espinal:
- Fiebre y dolor de espalda
- Incontinencia fecal o urinaria
- Dificultad para orinar
(retención de la orina)
Absceso epidural intracraneal:
- Dolor de cabeza
- Fiebre
- Letargo
- Náuseas y vómitos
- Dolor en el sitio de una cirugía
reciente que empeora (en especial si está acompañado de fiebre)
Los síntomas neurológicos dependen de
la localización del absceso y pueden abarcar los siguientes:
- Debilidad
- Parálisis
- Disminución de la capacidad de
movimiento de cualquier parte del cuerpo
- Pérdida de la sensibilidad en
cualquier área del cuerpo o cambios anormales en la sensibilidad
Signos y exámenes
El médico llevará a cabo un examen
físico y una evaluación neurológica para buscar pérdida de
funciones, como el movimiento o la sensibilidad.
Con frecuencia, se necesitan exámenes
como una TAC (TAC) o una
IRM para
confirmar la presencia de un absceso epidural.
Generalmente, se necesita una muestra
del absceso para determinar lo que está causando la infección.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es curar
la infección y reducir el riesgo de daño permanente. El tratamiento
generalmente abarca antibióticos y cirugía, aunque, en raras
ocasiones, se utilizan sólo antibióticos.
Generalmente, se administran
antibióticos por vía intravenosa durante un período de 4 a 6
semanas. Sin embargo, es posible que algunas personas necesiten
tomarlos por un período más prolongado, dependiendo del tipo de
bacteria y de la gravedad de la enfermedad.
Usualmente, se necesita la cirugía
para drenar o eliminar el absceso. Además, la intervención
quirúrgica con frecuencia es necesaria para reducir la presión sobre
la médula espinal o el cerebro, con el fin de prevenir la pérdida
posterior de la función neurológica.
Expectativas (pronóstico)
Sin tratamiento, se puede presentar
daño neurológico permanente o la muerte. Si el diagnóstico y el
tratamiento se realizan en forma temprana, las posibilidades de
recuperación son mejores. Infortunadamente, si el tratamiento se
retrasa, puede haber pérdida irreversible de la función neurológica.
Complicaciones
- Recurrencia de la infección, lo
cual es común incluso si se realiza un tratamiento
- Diseminación de la infección
- Absceso cerebral
- Absceso de la médula espinal
- Meningitis
- Daño neurológico permanente
(como daño cerebral, cambios sensoriales o parálisis) si se
retrasa el diagnóstico y tratamiento
Situaciones que requieren asistencia
médica
Cualquier persona que presente dolor
de espalda persistente con fiebre o dolor de cabeza con fiebre debe
ser vista por un médico. Se debe buscar asistencia médica si se
presenta fiebre, dolor de cabeza persistente, dolor de espalda u
otros síntomas de
absceso epidural, en particular si existe un riesgo conocido
para dicho trastorno.
Un
absceso epidural constituye una situación de emergencia, por lo
cual, el diagnóstico y el tratamiento oportunos aumentan ampliamente
las posibilidades de un buen pronóstico. Una vez que se presente
debilidad, parálisis o cambios en la sensibilidad, se reducen las
posibilidades de recuperar la función perdida.
Prevención
El riesgo de
absceso epidural se puede reducir con el tratamiento de ciertas
infecciones como infecciones del oído, sinusitis e infecciones del
torrente sanguíneo. El diagnóstico y tratamiento oportunos son
esenciales para prevenir las complicaciones.
Fuente
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