El estado de
ansiedad es casi permanente, oscilando levemente durante el
transcurso del día y afectando la calidad del sueño.
La
ansiedad esta asociada muy frecuentemente a preocupaciones
excesivas (llamada expectación aprensiva). Por ejemplo: miedo a que
algún familiar cercano o la misma persona que sufre este trastorno
puedan tener un accidente, enfermarse o morir. A la persona le
resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.
La
ansiedad y preocupación se asocian a 3 o más de los siguientes
síntomas:
Nerviosismo, inquietud o impaciencia
Fatigabilidad (cansancio) fácil
Dificultad para concentrarse o poner la mente en blanco
Irritabilidad
Tensión muscular, temblor, cefalea (dolor de cabeza), movimiento de
las piernas e incapacidad para relajarse
Alteraciones del sueño: dificultad para conciliar, mantener el sueño
o sensación al despertarse de no haber descansado bien (sueño no
reparador)
Sudoración, palpitaciones o taquicardia, problemas
gastrointestinales, sequedad de boca, mareos, hiperventilación
(aumento del número de respiraciones por minuto)
La
ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan un
malestar significativo o deterioro en las relaciones familiares,
sociales, laborales o de otras áreas importantes de la actividad de
la persona.
Los síntomas de ansiedad en el
Trastorno de Ansiedad Generalizada son constantes a diferencia
de lo que ocurre en el Trastorno de Pánico donde la ansiedad-pánico
aparece en forma paroxística tomando la forma de una Crisis de
Pánico. La Crisis de Pánico no suele durar más de 30 minutos pero
deja a quien la padece con mucho temor a presentar una nueva crisis.
Este "miedo al miedo" se lo denomina "Ansiedad Anticipatoria" y
puede confundírselo con un Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Es importante además descartar que los síntomas de ansiedad no sean
debidos a la ingesta de algún tipo de sustancia ansiogénica:
cafeína, anfetaminas o a una enfermedad médica (hipertiroidismo por
ej.). Existen muchas causas que pueden provocar ansiedad en forma
secundaria, mayor información al respecto se encuentra disponible en
la página Ansiedad Secundaria. Asimismo los Trastornos Depresivos se
asocian con mucha frecuencia a ansiedad. Es muy importante realizar
un correcto "Diagnóstico Diferencial" para poder arribar a un
diagnóstico acertado de lo que le ocurre a quien se encuentra
padeciendo un cuadro de ansiedad. La principal causa de fracaso
terapéutico es la falta de diagnóstico o un diagnóstico incorrecto.
El
Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es mucho más de lo que
una persona normal con ansiedad experimenta en su vida diaria. Son
preocupación y tensión crónicas aún cuando nada parece provocarlas.
El padecer este trastorno significa anticipar siempre un desastre,
frecuentemente preocupándose excesivamente por la salud, el dinero,
la familia o el trabajo. Sin embargo, a veces, la raíz de la
preocupación es difícil de localizar. El simple hecho de pensar en
afrontar el día puede provocar ansiedad.
Caso Clínico
"Yo siempre pensé que era aprensivo. Me sentía inquieto y no podía
descansar. A veces estas sensaciones iban y venían. Otras veces eran
constantes. Podían durar días. Me preocupaba por la cena que iba a
preparar para la fiesta o cuál sería un magnífico regalo para
alguien. Simplemente no podía dejar nada de lado. Era tal la tensión
que experimentaba que por momentos me sentía como aferrado a un
cable de corriente eléctrica. Una sensación horrible.
Tenía serios problemas para dormir. Hubo ocasiones en que despertaba
ansioso en la mañana o en la mitad de la noche, temblando y
transpirando. Me costaba trabajo concentrarme aún mientras leía el
periódico o un libro. A veces me sentía un poco mareado. Mi corazón
latía apresuradamente o me golpeaba en el pecho. Esto me preocupaba
aún más. Vivía preocupado por lo que podría llegar a ocurrir, no
podía concentrarme en el presente, en mis quehaceres cotidianos..."
Tratamiento:
El tratamiento del
Trastorno de Ansiedad Generalizada incluye la utilización de
medicación y formas específicas de psicoterapia, el tratamiento más
efectivo para el TAG suele combinar psicoterapia y medicación.
Los medicamentos son muy efectivos para mitigar los síntomas de
ansiedad. Se pueden utilizar medicamentos Ansiolíticos o
Antidepresivos con efecto ansiolítico (no todos los antidepresivos
lo poseen). Los Ansiolíticos Benzodiazepínicos no deberían
utilizarse por períodos mayores a un mes ya que con el transcurso
del tiempo pueden llegar a producir acostumbramiento (tolerancia) y
a una necesidad de incrementar la dosis.
Por tratarse el TAG de un trastorno de larga duración lo más
recomendable para el manejo psicofarmacológico de los síntomas de
ansiedad es la utilización de Antidepresivos con efecto ansiolítico
asociado. Los siguientes antidepresivos se encuentran aprobados por
la FDA para el tratamiento del TAG: Escitalopram, Venlafaxina XR /
LP, Duloxetina y Paroxetina. Los Antidepresivos, a diferencia de los
Ansiolíticos Benzodiazepínicos, no producen acostumbramiento
(tolerancia), por consiguiente no existe riesgo de generar una
adicción medicamentosa. De allí que es preferible utilizarlos en el
tratamiento a largo plazo de la Ansiedad. Por otro lado la calidad
del sueño generada por los Antidepresivos ansiolíticos es muy
superior a la de los Ansiolíticos Benzodiazepínicos, ya que generan
un sueño más profundo y reparador.
En la actualidad existen cada vez más medicamentos disponibles para
el tratamiento del Trastorno de Ansiedad Generalizada. De tal manera
que, si un medicamento no da el resultado esperado, generalmente hay
otros que se pueden utilizar. Además, se están descubriendo nuevos
medicamentos para el tratamiento de los síntomas de ansiedad, como
es el caso de la Pregabalina, un ansiolítico no benzodiazepínico.
Las investigaciones también han demostrado que la Psicoterapia
Cognitivo-conductual es efectiva para el tratamiento del TAG.
También son útiles las Técnicas de reducción de estrés: técnicas de
relajación y respiración profunda (diafragmática o abdominal),
meditación, mejor manejo del tiempo, ejercicio físico, yoga,
caminar, Tai Chi y Bio-Retroalimentación (Biofeedback) para
controlar la tensión psíquica y muscular. También suelen ser de
utilidad cambios en la alimentación: por ejemplo, la eliminación
gradual del café, bebidas estimulantes, alcohol y refrescos que
contengan cafeína (bebidas cola).
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo:
Existen considerables variaciones culturales en cuanto a la
expresión de la ansiedad (p.ej., en algunas culturas la ansiedad se
expresa a través de síntomas predominantes somáticos, y en otras a
través de síntomas cognitivos). Es importante tener en cuenta el
contexto cultural a la hora de evaluar el carácter excesivo de
algunas preocupaciones. En los niños y adolescentes con trastorno de
ansiedad generalizada, la
ansiedad y las preocupaciones suelen hacer referencia al
rendimiento o la competencia en el ámbito escolar o deportivo,
incluso cuando estos individuos no son evaluados por los demás. A
veces la puntualidad es el tema que centra las preocupaciones
excesivas. Otras veces son los fenómenos catastróficos, como los
terremotos o la guerra nuclear. Los niños que presentan el trastorno
pueden mostrarse abiertamente conformistas, perfeccionistas,
inseguros de sí mismos e inclinados a repetir sus trabajos por una
excesiva insatisfacción a la vista de que los resultados no llegan a
la perfección. Al perseguir la aprobación de los demás pueden
mostrar un recelo característico; necesitan asegurarse de forma
excesiva de la calidad de su rendimiento o de otros aspectos que
motivan su preocupación.
En general, los síntomas del TAG tienden a disminuir con la edad.
El trastorno es ligeramente más frecuente en mujeres que en varones
cuando se estudian muestras de centros asistenciales
(aproximadamente el 55-60% de los diagnósticos se efectúan en
mujeres). En estudios epidemiológicos de población general la
relación de sexos es de dos tercios a favor de las mujeres.
Prevalencia:
En muestras de población general la prevalencia anual del trastorno
de
ansiedad generalizada se sitúa en el 3% aproximadamente,
mientras que la prevalencia global llega hasta el 5%. En los centros
médicos para trastornos de ansiedad aproximadamente el 12% de los
individuos presenta un trastorno de ansiedad generalizada.
Curso:
Muchos individuos con trastornos de
ansiedad generalizada se consideran ansiosos o nerviosos de toda
la vida. Aunque más de la mitad de los que acuden a la consulta
manifiestan que el trastorno de ansiedad generalizada empezó en la
segunda infancia o la adolescencia, no es raro que el trastorno se
inicie a partir de los 20 años de edad. El curso es de carácter
crónico, pero fluctuante, con frecuentes agravamientos coincidiendo
con períodos de estrés.
Patrón familiar:
La
ansiedad como rasgo muestra una evidente incidencia familiar. Se
han descrito hallazgos todavía inconsistentes que muestran un patrón
familiar para el trastorno de
ansiedad generalizada, aunque la mayoría de ellos no han sido
capaces de demostrar un patrón concreto de agregación familiar.
Fuente
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